Como
configuramos los hábitos, como cambiamos
los existentes.
Gran parte de nuestro
quehacer diario, está regido por hábitos
que hemos ido formando a lo largo de la vida. Una característica fundamental de
un hábito es que es automático.-No siempre identificamos los hábitos en nuestra
conducta.
Los estudios apuntan que el
40% de las actividades diarias de las personas se realizan en casi las mismas
situaciones.
Los hábitos emergen por aprendizaje asociativo (Aprender
asociandtalo ideas y acciones). Hallamos patrones de conducta que nos permiten
alcanzar metas. Repetimos lo que funciona y cuando las acciones se repiten en
un contexto estable, formamos asociaciones entre señales y respuestas.Explica
Wendy Wood durante su ponencia en
la 122º convención Anual de la American Psychological Association's
¿Qué son los hábitos? Wood llama la atención
sobre la neurología de los hábitos y cómo tienen una firma neuronal
reconocible. A medida que se repite una conducta en el mismo
contexto, la información se reorganiza en el cerebro, se traslada al lazo
sensitivo motor que almacena representaciones de respuestas a señales dadas. El cambio de un
contexto dirigido a los objetivos a otro de señal-respuesta explica que los
hábitos sean conductas muy rígidas.
Wood explica que es una
mente dual, la que actúa. Cuando nuestra mente intencional actúa, seguimos los
pasos necesarios para conseguir el resultado deseado y somos conscientes de
nuestras intenciones. Las intenciones pueden cambiar rápidamente porque
podemos tomar decisiones conscientes sobre lo que queremos hacer en el futuro
que pueden ser diferentes a las del pasado. Sin embargo cuando la mente de los hábitos
es la que está operando, nuestros hábitos actúan fuera del dominio de la
consciencia. . “Nuestras
mentes, no siempre recorren el mejor camino posible. Incluso conociendo la
respuesta correcta, no somos capaces de cambiar la conducta habitual.
A los participantes en un
estudio, se les pidió que probasen unas palomitas y como era de esperar, prefirieron
las recientes a las rancias. Pero cuando se les daba las palomitas a los
participantes en una sala de cine, las personas que tenían el hábito de comer
palomitas en el cine, tomaban tantas palomitas rancias como los del grupo de
palomitas recientes. “La mente contempladora de las intenciones puede
descarrilar fácilmente y las personas tienden a recaer en sus conductas
habituales. Durante el cuarenta por ciento de nuestro tiempo, no pensamos en lo
que hacemos” Explica Woods. “Los hábitos nos permiten enfocarnos en otras
cosas… La fuerza de voluntad es un recurso limitado y cuando se agota, se
vuelve a caer en los hábitos.