sábado, 23 de agosto de 2014

Como configuramos  los hábitos, como cambiamos los existentes.

Gran parte de nuestro quehacer  diario, está regido por hábitos que hemos ido formando a lo largo de la vida. Una característica fundamental de un hábito es que es automático.-No siempre identificamos los hábitos en nuestra conducta.
 Los estudios  apuntan que el 40% de las actividades diarias de las personas se realizan en casi las mismas situaciones.
 Los hábitos emergen por aprendizaje asociativo (Aprender asociandtalo ideas y acciones). Hallamos patrones de conducta que nos permiten alcanzar metas. Repetimos lo que funciona y cuando las acciones se repiten en un contexto estable, formamos asociaciones entre señales y respuestas.Explica  Wendy Wood  durante su ponencia en la 122º convención Anual de la American Psychological Association's
¿Qué son los hábitos? Wood llama la atención sobre la neurología de los hábitos y cómo tienen una firma neuronal reconocible. A medida que se repite una conducta en el mismo contexto, la información se reorganiza en el cerebro, se traslada al lazo sensitivo motor que almacena representaciones de respuestas a señales dadas. El cambio de un contexto dirigido a los objetivos a otro de señal-respuesta explica que los hábitos sean conductas muy rígidas.
Wood explica que es una mente dual, la que actúa. Cuando nuestra mente intencional actúa, seguimos los pasos necesarios para conseguir el resultado deseado y somos conscientes de nuestras intenciones. Las intenciones pueden cambiar rápidamente porque podemos tomar decisiones conscientes sobre lo que queremos hacer en el futuro que pueden ser diferentes a las del pasado. Sin embargo cuando la mente de los hábitos es la que está operando, nuestros hábitos actúan fuera del dominio de la consciencia. . “Nuestras mentes, no siempre recorren el mejor camino posible. Incluso conociendo la respuesta correcta, no somos capaces de cambiar la conducta habitual.
A los participantes en un estudio, se les pidió que probasen unas palomitas y como era de esperar, prefirieron las recientes a las rancias. Pero cuando se les daba las palomitas a los participantes en una sala de cine, las personas que tenían el hábito de comer palomitas en el cine, tomaban tantas palomitas rancias como los del grupo de palomitas recientes. “La mente contempladora de las intenciones puede descarrilar fácilmente y las personas tienden a recaer en sus conductas habituales. Durante el cuarenta por ciento de nuestro tiempo, no pensamos en lo que hacemos” Explica Woods. “Los hábitos nos permiten enfocarnos en otras cosas… La fuerza de voluntad es un recurso limitado y cuando se agota, se vuelve a caer en los hábitos.

domingo, 3 de agosto de 2014

Bueno para unos, malo para otros
El stress que el cerebro produce para nuestra defensa y la mejor reacción ante situaciones anómalas, puede producir daños en aquellos organismos que no estén en buenas condiciones físicas.

Investigadores dela Boston University School of Medicine (BUSM), utilizando modelos experimentales, han demostrado que la adenosina (Un metabolito que se descarga en el torrente sanguíneo como respuesta a una agresión inflamatoria o al stress), interrumpe el proceso de adipogénesis, cuando las células grasas (adipocitos) jóvenes se transforman en adultas.
Por estudios previos, se sabe que la “adipogénesis” desempeña un papel clave manteniendo una homeostasis saludable de las grasas, manteniendo los adecuados depósitos grasos en las células, de forma que estas no presenten altos niveles en sangre. El estudio actual indica que la respuesta del cuerpo al stress, estancando el desarrollo de adipocitos, podría hacer más daño que provecho en condiciones de obesidad o de altos niveles de grasa en sangre.
El proceso se interrumpe por un (recientemente hallado) identificador de los receptores de adenosina, el: A2b adenosine receptor (A2bAR) que actúa sobre un factor de las "células madres" llamado KLF4, que regula el sostenimiento de las "células madre".  

“Puede parecer ilógico, pero nuestro cuerpo necesita de los tejidos grasos para su buen funcionamiento  y determinados procesos bioquímicos son necesarios para que esto se realice.” Dice Katya Ravid, DSc/PhD, professor de medicina  y bioquímica en BUSM y  director of the Evans Center for Interdisciplinary Biomedical Research que dirigió el estudio. “ Nuestro estudio sugiere que un mal funcionamiento por causa del stress y puede interrumpir el proceso de desarrollo de los tejidos grasos lo que puede tener un impacto negativo en los procesos dependientes que regulan la buena homeostasis de las grasas.